martes, 2 de febrero de 2016

20 mil leguas de viaje submarino



Al oir la palabra EXPEDICIÓN...mi cuerpo experimentó fuerte sensación; al oir la palabra EXCURSIÓN, mi mente sintió enorme deseo de estar, ser e ir; al oir la palabra AVENTURA se erizó mi piel como una verdadera travesura que tiene algo de sueño y realidad; al oir la palabra IMAGINACIÓN, ¡nací, crecí y vivi! Y al oir la palabra travesía, conjugada con viaje, recreo y soltura, dije: por nada me la pierdo.

Eso pasó con la lectura de los interesantes y siempre novedosos cuentos y narrativas de Julio Verne, es el caso de un viaje entre las profundidades del océano, en una embarcación rara, que parecía un "moustrou" que herido por un arponazo que le aplicó el investigador, les dejó a los expedicionarios la gran fortuna de aventurarse en un submarino jamás visto, jamás pensado, jamás usado. El viaje que realizan los intrépidos, lo realicé yo, el gusto por aventurarse en una hazaña incierta y hasta peligrosa, sería la mejor noche de traslado en la mente y el recorrido más fantasmagórico que jamás pude imaginar.
Ahí vamos tras el "mostruo" y Nemo, nos daría como su nombre en latín (nadie), la más suculenta de las jornadas enmedio de un paraíso acuático de grandes dimensiones. Esa palabra "EXPEDICIÓN" la oí del maestro, que en su afán de explicar "Los polos" narró la de Scott y Admusen, quienes en competencia ¡llegaron con sus perros y piolets hasta los polos...! Siempre quise ir, no dejaré de pensar en ir, quiero ser expedicionario, como esos ingleses que se atrevieron a surcar en los vendavales del norte y del sur, como los tiburones que sorteaban al "mostruo" de Verne, mi autor predilecto, quien me llevó a la gran aventura a la submarina expedición y al paraíso de la imaginación, a navegar y admirar todo lo que el mundo nos tiene reservado, algun dia, pronto tal vez, me lleve a mis nietos a recorrer, investigar y profundizar en la excursión de la vida que nos depara como Alicia, un país de maravillas.
(León Ignacio Ruiz Ponce, Invierno del 2015)

Relación breve de la venida de los de la compañía de Jesús a la Nueva España

¿Por qué me decidí a comentar el libro de la Relación breve de la venida de los de la compañía de Jesús a la Nueva España, editado por la Imprenta Universitaria en el año de 1945?
Debe hacerse notar que dentro de mis estudios la historia fue una de las materias que más me impresionó. Entre los recuerdos de mi niñez, se encuentra el día que cursando el primer año de primaria me presenté con una maestra del tercer año para pedirle que me indicara qué libro podía leer sobre lo que fue nuestro país con anterioridad a que yo naciera.
Ahora bien, han pasado 77 años de esa entrevista y sigo interesado en aprender Historia de México. Es así que revisando los libros que contiene mi pequeña biblioteca, encontré un ejemplar del libro que menciono al principio de este comentario.
El libro se encuentra basado, como lo indica, en un manuscrito anónimo del Archivo Histórico de la Secretaría de Hacienda y la versión paleográfica del original, prólogo, notas y adiciones es de Francisco González de Cossío. En sus hojas se encuentran fotografías de su original, de manera que puede considerarse que se está disfrutando de un documento que contiene hechos acaecidos durante la época virreinal. La llegada a México de la Compañía de Jesús, y la obra llevada a cabo por sus integrantes está detallada en el mencionado libro. Por último, es importante hacer notar que un veracruzano formó parte de la Compañía de Jesús, nació en Veracruz el 12 de noviembre de 1729 y se le nombró historiador, traductor y poeta, me refiero al sacerdote Francisco Xavier Alegre.
Ahora una pregunta a estos amigos que me escuchan: ¿Les parece suficiente lo mencionado para justificar mi interés por este libro, aunque esté empastado a la rústica? (Jorge Hernández Ochoa, 2015)

La eternidad por fin comienza un lunes

La eternidad por fin comienza un lunes, de Eliseo Alberto
Me gustó y mucho porque entre otras cosas, transcurre a ratos dentro de un circo, lo cual me pareció fascinante, los personajes, todos emanados del circo la enriquecen aún más, rodeados de un realismo mágico que hace sentir el mundo entero como tu aldea, como tu pueblo. Aunque se menciona a Cuba, a la dictadura, se está inmerso en un mundo de monstruos adorables, humanos hasta en el delirio, llenos de recuerdos, de pasado, de magia y de poesía. (Irma Quiñones, 2015)

Tinísima

Yo vuelvo a esta reunión de amigos de los libros y de los libros amigos, con uno que se me ha pegado en un costado del alma: "Tinísima", de Elena Poniatowska. Y vuelvo con él porque me ha pasado lo que no me había pasado en años: no puedo dejar de leerlo.

A algunos o algunas de ustedes acaso les sea un tanto ajeno y hasta demodé el asunto de la utopía socialista, pero para los que la vivimos en plan de lucha o de entusiasmo solidario fue, sin duda, la mejor razón de nuestra existencia. El libro, cuyo grosor me espanta, dedicado ciertamente a Lourdes por la autora, desarrolla una reconstrucción literaria de personajes y situaciones que ya no puedo decir me parece asombrosa, sino verdaderamente genial. Leyendo a Poniatowska, maestra del lenguaje, me doy cuenta de que mis propias ataduras a las reglas gramaticales son obsoletas ante la libertad de jugar con las frases de una manera tan libre como lo hace esta mujer que ennoblece a México, por haber acogido su eslavo apellido. El contenido me toca tanto que casi me hace testigo del asesinato de Julio Antonio Mella. Hay algo que a la escritora se le escapó a pesar de la minuciosa pesquisa que hizo en las hemerotecas, lo diré más tarde explicando que el principio del libro tiene como arranque el asesinato del comunista cubano, que ansiaba derrocar al dictador, testaferro del imperialismo corrupto del gobierno de los Estados Unidos, Gerardo Machado. El inicio de este libro es terrible porque si Tina iba por la calle del brazo de su amado Julio, cuando éste cae ensangrentado por las balas de un asesino escondido, después, por argucias sucias de la policía es puesta bajo arresto domiciliario. Lo que se le escapó a Poniatowska al investigar en la prensa de aquella época las declaraciones de los testigos, fue que alguien oyó los tiros y se asomó a la ventana, y ésta era una jóven que también fue citada a declarar, alumna de una escuela de danza: Gloria Campobello. Yo, apenas andaba naciendo, pero ya mi destino estaba trazado. (Melchor Peredo, 2015)